NOV
El contrato de alquiler con opción a compra cada vez es más popular.
Facilita dar el primer paso para adquirir una vivienda sin necesidad de hipotecarse, al menos en un primer momento. Pero no solo para el inquilino, también para el propietario ofrece ventajas interesantes.
Te contamos cómo funciona este tipo de contrato, los pros y contras y qué aspectos es necesario incluir.
El contrato de alquiler con opción a compra es una fórmula que permite vivir de alquiler durante un tiempo previamente acordado en un contrato. Finalizado este, el inquilino tendrá el derecho a adquirir el inmueble por un precio previamente acordado con el propietario.
Las cantidades que haya abonado en concepto de alquiler se descuentan total o parcialmente del precio final, según lo pactado. Hay que tener en cuenta que el contrato de alquiler con opción a compra no es un contrato convencional, es doble. Por un lado recoge el subcontrato de alquiler y, por otro, las condiciones de la compraventa.
En cualquier caso, el inquilino no está obligado a adquirir el inmueble, puede desistir. Pero supondría perder una cantidad que se suele pedir a modo de aval: la prima de la opción a compra.
Para el inquilino, esta fórmula representa ventajas interesantes:
A cambio, también tiene algunas desventajas:
También para el propietario este tipo de contrato tiene ventajas:
En cuanto a los inconvenientes, cabe destacar dos:
Es muy importante no dejar flecos sueltos. El contrato debe incluir con detalle algunos aspectos fundamentales:
Además de lo anterior, hay algunas otras cuestiones específicas de un contrato de alquiler con opción a compra:
Finalidad:
Legitimación:
Destinatarios:
Derechos:
Finalidad:
Legitimación:
Destinatarios:
Derechos:
Finalidad:
Legitimación:
Destinatarios:
Derechos: